Construcción del sistema de la Restauración

 

Construcción del sistema de la Restauración

Cánovas tuvo las manos libres en la búsqueda de un sistema seguro, por el ansia de paz del país. Los personajes fundamentales en el que se inició el régimen fueron por un lado el rey Alfonso XII, que fue el rey constitucional 1005; el propio Cánovas que se convirtió en el jefe del partido conservador, y Sagasta, el otro gran político de la Restauración que acepto las reglas del juego y formó el gran partido liberal atrayéndose a toda la izquierda del liberalismo.

Para sentar las bases del nuevo régimen, Cánovas puso en marcha, durante el año 1875, una serie de medidas con el fin de atraer a su proyecto a los sectores sociales y económicos mas poderosos del país. Para lograr el apoyo de la Iglesia reestableció el Concordato de 1851, se garantizó su sostenimiento por parte del Estado y un papel relevante en la enseñanza. También busco el apoyo del ejército. El periodo de la Restauración y el actual han sio los únicos en la historia contemporánea de España donde el protagonismo civil ha estado por encima del militar. El ejército, que constituía uno de los grandes pilares del régimen liberal, quedo subordinado al poder civil.  Así, una Real Orden de 1875 estableció que la misión del ejercito era defender la independencia nacional y que no debía intervenir en las contingencias de los partidos. Como contrapartida se otorgaba a los militares una cierta autonomía para sus asuntos internos y se dotaba al ejercito de un elevado presupuesto. De este modo, el turno pacifico elimino del panorama político de la Restauración el problema de los pronunciamientos y el protagonismo de la presencia militar en los partidos y en la vida política española que habían caracterizado la época de Isabel II. Además, se potencio la identificación del ejercito con la corona, convirtiéndose el rey, en el jefe supremo. Se trajo a la causa canovista a la burguesía de negocios, a terratenientes, a amplios sectores de profesionales urbanos y a cuadros de la Administración con promesas de oren social, de estabilidad política y de respeto a la propiedad.

Era imprescindible convocar Cortes Constituyentes, que elaboraron una Constitución que fijara las bases del sistema político de la Restauración. En diciembre de 1875 se convocaron elecciones por sufragio universal, como establecía la constitución vigente de 1869. El partido conservador de Cánovas manipulo el proceso electoral, por lo que, junto a la gran abstención, le permitió obtener una amplia mayoría. De este modo, Cánovas pudo poner en marcha, sin apenas oposición, un sistema político conservador adentrado en un sistema parlamentario de tipo liberal, pero escasamente democrático, pero legitimado por la Constitución de 1876 que era una mezcla de la constitución del 45 y de la declaración de derechos del 69. En ella destacamos en primer lugar la soberanía compartida entre el rey y Cortes. Además, contempla una declaración de derechos parecida al 69 pero con derechos limitados y la posibilidad de suspensión en circunstancias especiales.

Cánovas pretendió que en esta constitución se encuadrasen al máximo de partidos para terminar con la costumbre e que cada partido fabricase su propia constitución y provocase el retraimiento del otro y el consiguiente recurso al golpismo para acceder al poder. Así se convirtió en la constitución mas duradera de la historia del constitucionalismo español, vigente desde 1876 hasta 1931.

La política de Cánovas fue restrictiva en el terreno de las libertades y en el campo de lo social. Cánovas nombra nuevos alcaldes y gobernantes afectos a la monarquía y decretó unas medidas represivas contra la oposición del nuevo régimen, aunque trató de atraerse algunos líderes progresistas y demócratas. Las actividades de partidos de la oposición quedaron prohibidas y sus periódicos cerrados, se estableció tribunales para los delitos de imprenta y las críticas a la institución monárquica estaban prohibidas, además se restringió la libertad de cátedra.

La estabilidad del régimen de la restauración se vio favorecida por el fin de la tercera guerra carlista punto el general Martínez campos acabó con la resistencia carlista en la zona catalana y, aunque la lucha continuó durante algunos meses en el núcleo vasco Navarro coma en marzo de 1876 el Ejército de Carlos VII se rindió definitivamente punto esto permitió enviar tropas a Cuba para poner fin al largo conflicto coma que se cerraría en falso en 1878, con la firma de la paz de Zajón.

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